sábado, 12 de marzo de 2011

Cuando bella descubrió lo que había debajo de la bestia.

-Siempre te veía con él, por eso me resistía a acercarme. Paraban juntos y eso hacia imposible cualquier intento de amistad.



-Sí, probablemente no te habría hecho caso. Me habría pasado de largo ante tus intentos.



-Ves , por eso preferí mantenerme lejos, acaso así, llegado el momento, me acercaría.



-Y creo que ese momento ya llegó, ¿no?



-Sí, eso parece.




Se sonrieron. Cesar nunca imaginó que aquel muchacho oscuro y medio raro que paraba oteando tras los cuadernos su espalda, era en relidad un tierno y simpático adolescente de mirada noble y frases encantadoras. Pensó en aquella película de Disney, en la que un bello príncipe salía de un monstruo tras el descubrimento del verdadero amor. Claro que ahí no se descubría nada, pero por lo menos, el fantasma que todos los días cruzaba por su lado, había mutado en eso que ahora veía. Contento de haber tomado una buena decisión viniendo a esta cita, Cesar recordó los minutos breves y maravillosos que pasaron en el malecón, antes de venirse acá. Quedaban rastos del sol, y Andrés se había parado a su lado, contemplando el espectáculo que tenía enfrente. No obstante, a Cesar le parecío que la imagen de Andrés mirando el horizonte, superaba a la del sol ocultándose; suspiró viendo sus ojos encenderse, sus labios cerrados en una línea delgada, su cabello ondulando sobre su frente por la brisa del mar. Cuando él giró la cabeza, Cesar tuvo que apartar los ojos y mirar el mar.




-Me encanta los atardeceres- le dijo- Es la sensación que produce, esa mezcla de pena y alegría que traen las cosas que escapan de nuestro alcance; aquí delante del mar, me doy cuenta de mi propia mortalidad, de mi simpleza, y eso, en lugar de deprimirme, me alienta, porque entiendo que formo parte de una serie de secuencias que llamamos universo; soy parte de ella, de esto.-y volvió a mirar el horizonte, con ojos soñadores.




-¿Siempre hablas así?-le preguntó Cesar.




-No; sólo cuando estoy inspirado y al lado de la persona correcta-respondió Andrés- Y si te interesa, es la primera vez que digo esto.




Cesar experimentó de nuevo aquel cosquilleo a la altura del estómago que le ocurrió las veces que estuvo cerca de Enrique. ¿Era una señal eso? ¿Significaba algo?




-Te lo digo porque pensaba que eras de pocas palabras. En el colegio apenas hablamos-explicó Cesar.




-Hay lugares en los que es mejor estar callados, mientras que en otros se debe hablar, y hay algunos en los que también se escucha-dijo Andrés.




-¿Y en cuál de esos tres lugares estás en estos momentos?




-Creo que en el tercero.




















-¿Y los dibujos, qué significan?



Estaban de nuevo en el restaurant al que Andrés le había llevado. Hicieron el trayecto hacia aquí en un taxi. Al sentarse ambos en la parte trasera del auto,Cesar vivió con calidez el roce de su pierna con la de Andrés, la caricia tímida de sus hombros. Le encantó estar así, sentir la fuerza de Andrés cerca, su cuerpo caliente, sus manos disponibles. Hubiera querido que él rodeara su brazo por su cuello, mas no lo hizo. No era el momento, no todavía.







-Son fantasmas-contestó Andrés oscuramente.



-¿Fantasmas?-repitió Cesar.



-Si, eso dije. ¿Tú no los tienes?



-No, creo que no-mintió Cesar.




-Pues no te creo. Todos los tenemos. Yo los libero de ese modo, dibujando. Lo que aperece en mis cuadernos, son algunos; cuando entres a mi cuarto verás el resto.




Cesar esbozó una sonrisa: ¿por qué le dijo que cuando entrara a su cuarto los vería?¿Acaso planeaba llevarlo?. Un cosquilleo en la entrepierna, le inquietó.




-Bueno, suponiendo que tengo fantasmas, ¿qué me aconsejas?. ¿De qué modo los libero?-inquirió Cesar tomando un sorbo de su bebida, no por sed, sino para apaciguar ese morbo reciente.




-Eso es una cuestión tuya. Debes descubrirlo a tu modo, no bajo el consejo de alguién. Para mí, la pintura representa el bálsamo que me ayuda a sobrevivir. El arte es eso, un modo de expiarnos, de pagar nuestras culpas, nuestros temores. Lo que lees, escuchas, ves, no es mas que el dolor ajeno transformado en belleza. En eso radica el don de crear, en hacer del caos del alma, una bella forma de transmitir esperanza.




-¿Y pintando estás haciendo eso?




-Supongo, aunque claro, no me puedo considerar un artista. Me falta mucho, y no se si tengo ese dón del que te hablo.




-¿Entonces por qué me lo dices si no lo tienes?




-Porque creo que tú si posees eso que me falta. Lo vi desde el primer día que nos cruzamos, lo sigo viendo en estos instantes, y continuó viéndolo en mi cuarto. Tengo una pintura en la que estás tú. No es que sea un boceto tuyo, es una imagen que te representa, que dice lo que veo de ti.




-Díme que es.




-Es un ave con las alas extendidas preparándose para volar. Está parada al borde del abismo y por un motivo que no se, no levanta vuelo. ¿Qué es lo que le impide? ¿Qué te impide elevarte por encima de nosotros?




-No lo se, supongo que es la pena.




-¿Por él?




-Tal vez, aunque hay otros factores.




-¿Como cuales?




-Mi familia, los chicos del colegio, mi ambivalente forma de ser, él...no se, son muchas cosas.




-A tu familia un día los tendras que dejar; sobre ti, puedes conseguir la estabilidad con esfuerzo, por él, ya es hora creo de que pienses en el hoy y no en lo que ya fue; y por los chicos de la escuela, no te preocupes, estaré ahí para cuidarte. ¿Es eso suficiente para que levantes vuelo?




-¿Cuidarme?. Apenas nos conocemos, y quieres cuidarme.




-Por si no te has dado cuenta, ya lo he hecho.




-¿Cómo así?




En este punto de la conversación, Cesar arrugó la frente. ¿Por qué decía que lo cuidaba? ¿Acaso lo hizo y él ni se dio cuenta?




-Hace poco, los chicos del salón planeaban gastarte una broma. Yo logré evitarlo-respondió Cesar.

-¿Una broma?

-Sí, una broma-afirmó Andrés- Querían encerrarte en el armario del conserje.


-Pero ¿por qué?.No entiendo


-Creo que por tu forma de ser. A ellos les parece rara y como la gente teme lo poco común, te ven de un modo diferente del que yo te veo.



-Vaya, me causa escalofrios. Pero ¿qué hiciste?



-¿Recuerdas ese día que recibiste una mensaje de texto en el que te pedían que fueras a las afueras del colegio?


-Sí, si recuerdo- afirmó Cesar recordando que tontamente lo hizo, creyendo que se trataba de un admirador que le pedía que hicieran un encuentro furtivo - Cuando fui, no había nadie.


-Es porque yo fui el que te mandó ese mensaje. -dijo Andrés.-Aquello me dio tiempo para ir al conserje y avisarle lo que ellos planeaban. De ese modo impedí que llevaran a cabo su plan, aunque claro, eso no asegura que no lo volveran hacer.


Guardaron silencio. En esos breves minutos, Cesar sintió una profunda gratitud hacia Andrés, no obstante, no pudo pasar por alto el detalle de que ahi afuera, lejos de la maravillosa cita que tenía, habían una suerte de matones dispuestos hacerle un poco complicada su paso por San Ignacio.¿ Por qué lo hacían? No se había metido con nadie, siempre trato de llevar la fiesta en paz, y a pesar de ello surgían de pronto ellos a ponerle un poco de oscuridad a su mundo, como si no fuera suficiente el peso de la partida de Enrique.


-Te agradezco lo que haces por mí, pero eso no asegura que estarás ahí cada vez que ellos vengan-dijo Cesar experimentando un repentino cansancio- De todos modos, gracias, ahora sé de quién cudarme.


-Debes hacerme caso cuando te diga que te cuidaré-insistió Andrés-no son palabras vanas.


-Bueno, supongo que tienes una vida, ¿no?. No soy el centro de ella.


-Para que me termines de creer,-dijo Andrés con los ojos fijos en él- uno de esos chicos es mi hermano.


El estómago de Cesar dió un vuleco.


-¿Tu hermano?


-Sí


-Pero...


-Ya te he dicho que ellos, en especial él, no le gustas tú; es raro, pero esa es la verdad.


Cesar no supo si creerle, o no. Decidió no preguntar más y recostarse en la silla; había perdido el apetito, y el encanto de la maravillosa cita, terminó esfumándose. Presentía que Andrés sí sabía la razón por la que su hermano le haya agarrado esa manía, pero optaba por no revelárselo. ¿Tenía que ver con él?


-¿Te molesta si nos vamos?-dijo Cesar deseando irse.


-¿Ahora?


-Sí, por favor


Andrés estuvo a punto de insistir, pero Cesar puso cara de "si no me voy contigo, me iré solo", por lo que no le quedo remedio que pedir la cuenta y pagar. Tomaron un taxi al salir del restaurant. Esta vez, Cesar prefirió recostarse contra la puerta, si bien Andrés puso su brazo sobre el respaldar del asiento, con el fin de abrazarlo. Luchó contra el impulso de retirarse hacia atras y fundirse en su regazo. La reciente conversación le martirizaba el cerebro, como gotas de lluvia en la ventana. Anque no tenía razones, se sentía molesto,fastidiado.¿Contra quién?, ¿Contra él, contra ti, por ser un tonto, un tonto enamorado?


Las calles estaban llenándose de transnochadores para quienes apenas empezaba la noche. Cesar los miró desde la ventana, imaginándose las horas largas que los esperaban a partir de ese instante: por unas horas se olvidarían de los problemas, se liberarían de penas, se sentirían libres. Por la vereda un par de chicas con tacos altos caminaban abrazadas mientras un descapotable con tres muchachos las seguía; en una esquina una pareja de enamorados discutía acaloradamente: él era guapo, y la chica ni que decir; en un teléfono público una muchacha con minifalda realizaba una llamada : al cruzar sus ojos con los de Cesar le sonrió. Por la radio pasaba: I Gotta feeling...


Sí, la noche se preparaba para ser muy larga y él apenas la estaba empezando. Reanimado un poco, Cesar se apartó de la ventana y sin pensarlo dos veces, se acostó sobre el pecho de Andrés: era fuerte y olía a cítrico. Aspiró su aroma lentamente, mientras Andrés (al principio sorprendido) sonreía y ponía su mano en su cuello.


-¿No te importa que el chofer nos mire?-preguntó Cesar sonriendo. El conductor les lanzó una mirada inquisidora por el retrovisor.


Andrés movió la cabeza negativamente.


-Si me importara, no habría puesto mi brazo alrededor de tu cuello-dijo-¿Seguro que ya quieres volver a tu casa?


-No, no quiero-dijo Cesar con convicción- Necesito bailar. Solo bailar esta noche...¿Crees que podemos?


-Claro que podemos-contestó Andrés- Podemos eso y más...Y a continuación, le indicó al chofer al sitio que se convertiría en su próximo paradero.


************









De pronto las luces se apagan y se escucha una maravillosa canción. Y por efecto envolvente queda atrapado bajo el hechizo psicodélico de las luces de neón; entonces su cuerpo empieza a perder su voluntad, y descubre que él ya no es él, que por un mágico hechizo va despojándose de sus ataduras en esa pista de baile. Y ya no le importa las miradas, y ya no le interesa el futuro, y el pasado pierde su relevancia; es como si aquel baile fuera un ritual de transición, tan solo es él, las música, el humo; no hay nadie más, nadie importa....¿Qué pasa? Se pregunta pero no consigue una respuesta, y quizá no sea necesario obtenerla, tal vez para ciertas cosas no hay mejores conclusiones que las que son menos evidentes. Puede sentirse liviano, puede verse libre de algo que hasta hace poco, antes de entrar a aquella pista, le sujetaba. Madonna le habla, y él le sonríe. Y canta Like a Virgin, y se sumerje de nuevo en el abrigo de la música, solamente que esta vez no piensa salir de ahí, no hasta que lo crea necesario.


Abre los ojos. Desde la barra de la discoteca, Andrés lo mira. Cesar le sonrié, creyéndole ahora que si podría encontrar dentro de él, ese dón del que le hablaba.

8 comentarios:

Ardid dijo...

Gracias por pasarte por mi blog. Le echaré un vistazo al tuyo. Beijinhos.

Juanci Juacín dijo...

Muy buenísimo texto, me hiciste recordar algunas cosas de mi vida, saludos.

Tigreton dijo...

Yo tambien saco mis fantasmas por medio del dibujo muy buen texto que hasta ganas de bailar me dieron

Thiago dijo...

cari, muy bonita la historia, pero es una cosa aparte o es la tercera parte de lo del COLEGIO DE SAN IGNACIO? JAJA

Y pq hay tanto espacio entre algunas frases? jaja

pero bueno, está muy bien escrito y se lee con mucho gusto.


Bezos.

elprimersilencio dijo...

Thiago: es la continuacion de la historia...de hecho, cada capitulo es la continuacion del anterior...gracias por pasar-.-

elprimersilencio dijo...

y eso de los espacios es porque mis dedos se pegaron al enter, jajjaja

Romek Dubczek dijo...

Me ha encantado, muy ameno y bien escrito.
un abrazo,
Romek

Stultifer dijo...

Hoy te toca a ti.
La escalera es nuestro elemento. Hoy te concedemos el prestigioso galardón al MEJOR BLOG DEL DÍA correspondiente al viernes 25 de marzo de 2011 en No sin mi cámara por los contenidos y matices de tu blog. Saludos cordiales desde Málaga.
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