lunes, 9 de mayo de 2011

Esta vez es para quedarse.

-¿Por qué te fuiste.?- me pregunta Cesar.
-Porque necesitaba un tiempo solo. La soledad ayuda.-le respondo.
-¿Lo crees?
-Sí, sí lo creo.
Hace frío, pero eso no incomoda, ni a nosotros, ni a los niños que juegan en el parque, el mismo parque en el que hablamos por vez primera. Los niños se confunden con las palomas, y las palomas se difuminan en el cielo como nubes.
-¿Y qué hiciste todo este tiempo?¿ Qué descubriste?
-Pues descubrir, descubrí poco, solo me di cuenta. Se descubre lo que nunca se ha visto, pero era tan obstinado que no lo veía, pasaba de largo. Pasaba sin tocar el suelo.
-Hmmmmm. Bueno, me alegra que hayas venido, pensé que no lo harías.
-Y perder la oportunidad de oírte, para nada.
-Oye te noto diferente, hay un brillo en ti ...¿Te has enamorado.?
No contesto, pero mi silencio da a entender una afirmación.
-¿ Y quién es.?
-Alguién que era todo lo diferente a lo que pensaba. Lo comparo con el que idealizaba y me doy con la sorpresa de que no son iguales, y eso me gusta, me gusta mucho.
-MMMM; pues me alegro. Uno nunca se enamora de lo que realmente piensa, o cree. Nunca es asi. Pero espero que eso no te vuelva alejar de mi.
-No, para nada. Algunas cosas se van, otras regresan, y unas pocas son para quedarse.
Y tras decir esto, miramos el horizonte, en tanto los niños juegan, juegan a ser dioses.

3 comentarios:

Christian Ingebrethsen dijo...

Y que así sea!

Besos.

Ardid dijo...

Ojalá fuera posible enamorarse de lo bueno y de lo malo. ;)

Munani dijo...

Aveces es bueno tomarse un respiro, como dices, te ayuda a ver cosas que sueles obviar.